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Hipertiroidismo e hipotiroidismo


Hipertiroidismo e hipotiroidismo

Por Miguel Ángel Guagnelli

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La tiroides se localiza en la parte baja del cuello, en los hombres es más fácil localizarla, ya que se encuentra justo debajo de la manzana de Adán, se extiende hacia el esternón y su forma recuerda a la de una mariposa, cuyas alas se extienden a los lados del cuello.

Su función es producir hormonas que contienen yodo, y cuya acción es necesaria para incrementar el metabolismo y el consumo de energía en todo el cuerpo. Un ejemplo de la forma en la que funciona es cuando nos exponemos al frío; tras registrar una temperatura baja, el cuerpo aumenta la producción de hormonas tiroideas para aumentar el consumo de energía, la generación de calor y adaptarnos al ambiente.

Pero no se limita al calor, su papel en el metabolismo es más complejo; interviene a muchos niveles para la función, maduración y división de prácticamente todo tipo de células. Desde la piel hasta las neuronas, todos los tejidos del cuerpo necesitan hormonas tiroideas para funcionar adecuadamente.

Los dos tipos principales de hormonas tiroideas son tiroxina y triyodotironina, fácilmente abreviadas T4 y T3, por la cantidad de átomos de yodo que contienen. Ambas son producidas en la tiroides en respuesta a una señal que proviene de la porción anterior de la hipófisis, la gran glándula reguladora del cuerpo.

Ante un estímulo como el frío, por ejemplo, la hipófisis produce hormona estimulante de la tiroides (TSH por sus siglas en inglés) que se libera en la sangre y circula hasta llegar a la tiroides, donde provoca que se liberen T3 y T4, que a su vez circularán por todo el cuerpo para activar a las células. Estas mismas hormonas regresarán a la hipófisis, donde disminuirán la producción de TSH, de forma que la producción de esta hormona se regula a sí misma y se cierra el ciclo.

Los problemas más frecuentes de tiroides se clasifican en dos grandes ramas: hipotiroidismo, cuando funciona menos, e hipertiroidismo, cuando funciona en exceso.

El hipertiroidismo se caracteriza por un exceso de hormonas tiroideas circulantes, que aceleran el metabolismo corporal. Las características clínicas del hipertiroidismo incluyen:

- Dificultad para concentrarse

- Fatiga

- Deposiciones frecuentes / Diarrea no infecciosa

- Bocio (tiroides visiblemente agrandada) o nódulos tiroideos (“bolitas” palpables)

- Intolerancia al calor

- Aumento del apetito

- Aumento de la sudoración

- En las mujeres, irregularidades en la menstruación

- Nerviosismo e inquietud

- Pérdida de peso

- Pérdida del cabello

- Temblor en las manos

- Latidos cardiacos irregulares, fuertes o rápidos (palpitaciones)

- Piel caliente o enrojecida

- Dificultad para dormir

En ocasiones, estos síntomas se pueden acompañar de un aparente crecimiento de los ojos o cambio en su aspecto y volverse más saltones. En este caso se puede tratar de la Enfermedad de Graves, un tipo particular de hipertiroidismo.

En el caso del hipotiroidismo, las células foliculares tiroideas encargadas de producir hormonas dejan de hacerlo, ya sea por efecto de algunos medicamentos, por inflamación o destrucción de distintos orígenes, e incluso por envejecimiento. Los síntomas pueden ser:

- Estreñimiento

- Aumento de la sensibilidad al frío

- Fatiga o sensación de lentitud al realizar actividades

- En mujeres, periodos menstruales abundantes

- Dolor muscular y articular

- Piel reseca y con descamación

- Tristeza o depresión

- Cabello o uñas quebradizas y débiles

- Aumento de peso

Existe un caso particular de alteración tiroidea, cuando este aparece al nacimiento y se denomina Hipotiroidismo Congénito. Se trata de un grupo de alteraciones que tienen como resultado la falta de hormonas tiroideas desde los primeros días de vida y que, de no corregirse, puede tener como consecuencia retraso en el crecimiento y retraso mental grave.