
Misofonía

Es una condición médica que hasta hace poco se reconoció, y consiste en la sensibilidad exagerada hacia ruidos cotidianos, principalmente los emitidos por otras personas al comer, respirar o hablar. Antes de ser reconocida como un trastorno neurológico, solía diagnosticarse como un tipo de ansiedad o de desorden obsesivo compulsivo, debido a que los disparadores son generalmente las personas más cercanas al paciente. Sin embargo, estudios recientes demuestran que las personas que sufren misofonía tienen un procesamiento sensorial distinto al resto de la población, debido a un mayor número de conexiones entre el sistema auditivo y el límbico.
El término misofonía fue acuñado por los neurocientíficos americanos Pawel y Margaret Jastreboff, y se refiere a la sensibilidad selectiva a sonidos.
Las personas que sufren misofonía sienten molestia intensa como reacción a ciertos sonidos ordinarios, como: respirar, bostezar, toser, carraspear, la repetición de ciertas consonantes al hablar (s, t, p, c), ciertos sonidos repetitivos, como accionar el ratón de la computadora o teclear, entre muchos otros, ante los cuales pueden surgir reacciones de ansiedad intensa, pánico, desesperación, conductas evasivas o la necesidad de imitar el sonido que dispara la reacción.
La misofonía se presenta generalmente entre los 8 y los 13 años, y es más común entre personas con autismo, ADHD o Asperger, aunque puede aparecer en cualquiera. Es mucho más frecuente en pacientes con tinnitus (zumbido en el oído), de los cuales el 60% presenta misofonía.
Hasta el momento no hay cura para esta condición, sin embargo, algunas terapias como la cognitiva conductual, el neurofeedback, la terapia de recapacitación del tinnitus y las terapias de hipnosis, han ayudado a algunos pacientes. De igual manera, algunos medicamentos usados para equilibrar la química cerebral en autistas han tenido resultados positivos en la desensibilización auditiva, sin embargo, no hay una cura genérica para todos los pacientes.
Es muy importante que las personas que conviven con una persona que sufre misofonía comprendan que sus reacciones no son voluntarias ni psicológicas. Si al paciente le dispara una reacción desmedida algún ruido que hagamos, no es que nos odie o nos rechace, simplemente tiene más conexiones entre su oído y aquella parte involuntaria de su sistema nervioso. Si bien el paciente con misofonía tenderá a aislarse para evitar los ruidos que le molestan, existen mecanismos que le pueden ayudar a sobrellevarlo, como enmascarar los ruidos con música, el uso de tapones y el hablar de su condición con otros. Existen en internet grupos de ayuda para personas que sufren de este padecimiento.
Una herramienta sencilla para determinar el grado de misofonía de un paciente es la escala MAS-1 (Misophonia Activation Scale)
- Nivel 0: El paciente escucha un sonido disparador y no siente incomodidad.
- Nivel 1: El paciente está consciente de la presencia de un disparador conocido, pero siente una mínima ansiedad anticipatoria.
- Nivel 2: El disparador conocido provoca una mínima irritación. No hay síntomas de pánico o respuesta de huida.
- Nivel 3: El paciente siente incomodidad en aumento, pero no hay respuesta física. Puede presentarse híper vigilancia de estímulos audiovisuales.
- Nivel 4: El paciente presenta reacción física mínima y mecanismos de adaptación no confrontantes, como pedir a la persona que deje de hacer el ruido, taparse un oído, o alejarse calmadamente de la fuente de ruido. No hay síntomas de pánico o huida.
- Nivel 5: El paciente adopta mecanismos de adaptación más confrontantes, como cubrirse los oídos de manera obvia, imitar a la persona (ecolalia), o la demostración abierta de su irritación.
- Nivel 6: El paciente sufre de incomodidad importante. Comienzan a aparecer síntomas de pánico y reacciones de huida.
- Nivel 7: El paciente sufre de incomodidad importante. Usa mecanismos de adaptación más frecuentes e intensos, usa mecanismos confrontantes. Puede presentarse excitación sexual indeseada. El paciente puede repetir en su imaginación los sonidos e imágenes asociadas una y otra vez, a veces hasta meses o años después del evento.
- Nivel 8: El paciente sufre de incomodidad importante. Hay violencia imaginaria.
- Nivel 9: Reacción de pánico en pleno. Decisión consciente de no usar la violencia en contra de la persona que dispara la reacción. Huida de las inmediaciones del ruido. Uso de violencia física en contra de objetos inanimados. Pánico, ira e irritación severa.
- Nivel 10: Uso de violencia física en contra de un animal o persona. Violencia auto infringida.