La diabetes es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo. Se caracteriza por niveles altos de azúcar en la sangre, lo que con el tiempo puede dañar diferentes órganos. Uno de los más afectados son los ojos. La buena noticia es que el daño se puede prevenir o retrasar si se controla adecuadamente la diabetes y se acude de manera regular al oftalmólogo.

El exceso de glucosa en la sangre daña poco a poco los vasos sanguíneos. En los ojos, estos vasos son muy finos y delicados, por lo que se vuelven frágiles y pueden romperse o taparse. Esto provoca problemas en la retina, que es la parte del ojo encargada de captar las imágenes.

La complicación más conocida de la diabetes en los ojos es la retinopatía diabética, que puede ocasionar visión borrosa, manchas oscuras o, en casos graves, ceguera. Además, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar cataratas y glaucoma, dos enfermedades que también afectan la visión.

Al inicio, el daño en los ojos por diabetes no da síntomas claros. Muchas personas pueden tener buena visión, aunque ya exista un problema en la retina. Por eso, es fundamental no esperar a que aparezcan molestias.

Conforme avanza la enfermedad, se pueden presentar síntomas como:

- Visión borrosa.
- Dificultad para enfocar.
- Puntos negros o manchas flotantes.
- Pérdida de la visión en ciertas zonas.
- Problemas para ver de noche.
Si notas alguno de estos síntomas, es importante acudir de inmediato al médico.

La mejor manera de cuidar los ojos es mantener la diabetes bajo control. Esto incluye seguir una alimentación saludable, hacer ejercicio, tomar los medicamentos indicados y vigilar los niveles de glucosa en la sangre.

También es importante medir y controlar la presión arterial y el colesterol, evitar el consumo de tabaco, y visitar al oftalmólogo cuando menos una vez al año. El oftalmólogo puede detectar a tiempo cualquier cambio en la retina y ofrecer un tratamiento adecuado, como medicamentos, láser o cirugía, según sea necesario.