
El Caso del Niño de Bengala con Dos Cabezas.

En 1783, en un pequeño pueblo de Bengala, India, nació un niño con una rara y sorprendente condición: tenía dos cabezas. Este caso, documentado en la época, generó tanto asombro como controversia.
Ante la falta de conocimiento médico y las difíciles condiciones económicas de su familia, los padres decidieron exhibir al niño en ferias y espectáculos para obtener ingresos, lo que atrajo la atención de personas de todas partes. Esta práctica no era inusual en el siglo XVIII, cuando las personas con malformaciones congénitas a menudo eran exhibidas como rarezas de la naturaleza.
El niño padecía una condición médica llamada "craniopagus parasiticus", un raro trastorno congénito en el que un gemelo no completamente desarrollado permanece unido a la cabeza del gemelo principal, sin un cuerpo propio funcional. Aunque es una malformación extremadamente rara, ha habido otros casos registrados en la historia médica.
En este caso particular, el niño tenía una cabeza adicional fusionada a la suya, con tejidos cerebrales conectados, pero sin un cuerpo independiente. Este tipo de anomalía conlleva graves complicaciones médicas y quirúrgicas, ya que la cabeza adicional dependía completamente del sistema circulatorio del niño principal.
El “craniopagus parasiticus” se origina en la etapa temprana del desarrollo embrionario cuando un cigoto (óvulo fertilizado) que debería dividirse para formar gemelos idénticos no logra separarse completamente. Como resultado, un gemelo queda subdesarrollado y dependiente del otro, sin órganos propios funcionales.
Los factores exactos que provocan esta anomalía no están del todo claros, pero se cree que pueden estar relacionados con aspectos genéticos, ambientales y nutricionales. Algunos estudios sugieren que la falta de ácido fólico durante el embarazo y la exposición a toxinas pueden aumentar el riesgo de defectos congénitos similares.
A pesar de su adversa situación, el niño sobrevivió hasta los 4 años, y no murió debido a su condición, sino a causa de la mordedura de una cobra. El cráneo permanece en el Hunterian Museum, en Londres.