
Extracción de leche materna.

El mejor alimento durante los primeros meses de vida, la leche materna, proporciona todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo saludable del bebé. Además, contiene anticuerpos que refuerzan el sistema inmunológico del pequeño, protegiéndolo de infecciones y enfermedades comunes, como resfriados, diarreas y otitis.
La leche materna es fácil de digerir y está perfectamente adaptada a las necesidades del bebé. También ayuda a desarrollar un sistema digestivo sano y reduce el riesgo de padecer alergias, obesidad y diabetes en el futuro. Las madres que amamantan también se benefician; tienen una recuperación más rápida después del parto y un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario.
Cuando no es posible alimentar al bebé directamente del pecho, la extracción y almacenamiento de leche materna es una excelente opción. A continuación, encontrarás una guía rápida y sencilla para lograrlo:
- Antes de comenzar, lávate las manos con agua y jabón, para evitar contaminar la leche.
- Si usas un extractor de leche, asegúrate de que esté limpio y esterilizado. También puedes optar por la extracción manual.
- Encuentra un espacio tranquilo donde te sientas relajada para facilitar el proceso.
- Estimula el flujo de leche. Puedes masajear suavemente tus pechos o colocar una compresa tibia antes de extraer la leche.
- Usa un extractor manual o eléctrico, recolectando la leche en un recipiente limpio.
Para el almacenamiento de leche materna:
- Utiliza recipientes de vidrio o plástico libres de BPA con tapa hermética, o bolsas especiales para leche materna.
- Anota la fecha y la hora de la extracción en una etiqueta en cada envase.
- Guarda la leche en el refrigerador a una temperatura de 4 °C o menos. Puede durar hasta 4 días.
- Si no se usará pronto, congela la leche a -18 °C o menos, donde puede mantenerse en buen estado hasta por 6 meses.
- Para usar la leche congelada, colócala en el refrigerador durante la noche o sumerge el envase en agua tibia. No uses el microondas, ya que puede destruir nutrientes importantes.
La leche materna es un recurso invaluable para la salud y el bienestar del bebé, además de que es gratis y ecológica. Incluso cuando no se puede amamantar directamente, es posible otorgar a tu bebé todos sus beneficios.