Las infecciones vaginales son alteraciones en el equilibrio natural de las bacterias que habitan en la vagina. La vagina tiene un ecosistema delicado, con una combinación específica de bacterias "buenas" que la protegen de infecciones. Cuando este equilibrio se altera, pueden proliferar otros microorganismos como hongos o bacterias, causando una infección.

Las más comunes son:

- Candidiasis: Una infección que, cuando sucede, los hongos que habitan naturalmente en la vagina, llamados Candida albicans, proliferan. Esta infección es bastante común; se estima que 3 de cada 4 mujeres padecerá candidiasis en algún momento de la vida. Se caracteriza por picazón intensa, y flujo espeso y blanco similar al requesón.

- Vaginosis bacteriana: Ocurre por un crecimiento excesivo de ciertas bacterias dentro de la vagina. Se manifiesta con un flujo grisáceo o blanquecino con un olor fuerte a pescado.

- Tricomoniasis: Es una infección de transmisión sexual causada por un parásito. Los síntomas son flujo abundante, espumoso y de color amarillo verdoso.

El tratamiento dependerá del tipo de infección; sólo un médico puede hacer el diagnóstico adecuado y recetar el medicamento específico.

Durante el tratamiento y posteriormente, para prevenir que reaparezcan, es recomendable utilizar protectores diarios hechos con materiales respirables y cambiarlos cuando menos tres veces al día. Éstos alejan la humedad y el flujo diario de tu zona V, te hacen sentir fresca y cómoda, además de que evitan que tu ropa interior se dañe o se manche.

Hay una amplia variedad de protectores diarios: regulares y largos, para pieles sensibles, para cualquier tipo de ropa interior, aquellos enfocados en el deporte, e incluso para mujeres con ligeros goteos de orina. Elige el que mejor se adapte a tu estilo de vida y no olvides cambiarlo 3 veces al día.