
El ciclo menstrual y el flujo diario

El ciclo menstrual es el proceso que prepara al útero para el embarazo.
Sucede aproximadamente cada 28 días.
Comienza el primer día de la menstruación y termina con la siguiente.
En cada ciclo, gracias a la acción de diferentes hormonas, el recubrimiento interno del útero, llamado endometrio, crece y se esponja. Si sucedió una relación sexual sin protección y un espermatozoide alcanzó y fertilizó a un óvulo, este se podría implantar en el endometrio, que lo nutrirá y lo hará crecer, para que al paso de los meses nazca un bebé. Si no hay un óvulo fecundado, este tejido esponjoso se descompone y desecha, dando lugar a la menstruación.
Después de la menstruación, el útero comienza a prepararse para un nuevo intento de embarazo. Todo esto sucede gracias a un delicado equilibrio de las hormonas luteinizante, foliculoestimulante, estrógenos y progesterona.
Durante el tiempo que no menstruamos, nuestra vagina, también debido a la acción de las hormonas, produce un fluido llamado flujo diario, que cambia a lo largo del ciclo.
Este flujo, compuesto principalmente por moco cervical y células, desciende por la vagina, arrastrando cualquier microorganismo patógeno que pudiera acceder y causar una infección. Y cerca de la ovulación se vuelve más abundante y elástico, lo que facilita la movilidad y el acceso de los espermatozoides al útero, donde podría fertilizar al óvulo.
Para cuidar este delicado equilibrio que mantiene saludable tu zona V, en tu rutina íntima diaria lava de forma externa con un jabón especialmente diseñado, que tenga el pH adecuado, ligeramente ácido similar al de la vagina. También es recomendable que uses un protector diario y se cambie mínimo tres veces por día para evitar acumulación del flujo vaginal y posibles infecciones. Si lo necesitas, puedes refrescar el área con toallitas húmedas especiales para este propósito. Estas medidas te van a ayudar a sentirte cómoda y fresca, como recién bañada, todo el día.