
Testículos y testosterona

Los testículos son las glándulas sexuales masculinas y se hallan dentro del escroto, que es una bolsa de piel suspendida debajo del pene. Al igual que los ovarios en la mujer, los testículos en el hombre tienen una doble fusión: la reproductora y la hormonal.
- Función reproductora: producción de espermatozoides, necesarios para la reproducción humana.
- Función hormonal: producción de testosterona, necesaria para numerosas funciones fisiológicas.
En su origen, los testículos se forman dentro del abdomen y tienen que descender, debido a que para producir espermatozoides viables y preservar la fertilidad, necesitan estar a una menor temperatura.
La testosterona es la principal hormona masculina. Al igual que los estrógenos (hormona femenina), en su estructura química la testosterona es un esteroide que usa el colesterol como base. De hecho, son tan parecidas ambas hormonas que una puede convertirse en la otra, a través de un proceso llamado aromatización.
La testosterona tiene funciones relacionadas con la producción de espermatozoides, con los caracteres sexuales secundarios (aumento del tamaño del pene y el escroto, crecimiento de la barba y el bigote, voz grave, etc.) y con la conducta reproductora masculina.
También acelera la lipólisis (el uso del tejido graso para obtener energía), y tiene un efecto anabólico en los músculos (aumenta su volumen y la fuerza). También en ocasiones incide en la aparición de la calvicie.
En el centro del cerebro está el sistema límbico, una parte evolutivamente primitiva. Regula funciones básicas como el hambre, deseo sexual, atención, emociones (placer, miedo, agresividad). Las neuronas de casi todo el sistema límbico tienen receptores para la testosterona, de modo que esta hormona activa muchas de estas funciones primitivas.
La testosterona aumenta la agresividad y la competitividad entre los hombres, así como también los comportamientos de riesgo, tanto en sentido positivo, como deportes extremos; como negativo, apuestas, peleas.